Hoy, a casi un año del traslado del ETCR Mariana Páez al municipio de Acacías, Meta, son alrededor de 250 personas las que le apuestan a la construcción de paz. Solidaridad y resiliencia son las palabras con las que la comunidad define su unión. 

Participantes de la Escuela sin comillas, como parte de su práctica, se lanzaron a fotografiar a tres integrantes del espacio y a preguntarles un poco de su vida.

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Daniel Gustavo Perilla Poveda, 51 años.

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Yo hago parte de la comunidad del ETCR Mariana Páez desde que se formó, desde que la fundamos hace 6 años y medio.

Lo que me hace sentir parte de esta comunidad es mi familia. Y en este momento lo más importante para mí es que se haga la paz en Colombia. Así como nosotros queremos la paz, entonces que los demás también acudan a ella. 

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Yo le apuesto a la paz con mi comportamiento, o sea, que mi comportamiento sea ejemplo. Y aquí en los 6 años y medio que llevo, ya casi 7 años, la comunidad puede decir que hasta ahora he dado ejemplo, no soy el mejor, pero ahí vamos. Yo creo que es la mejor manera de apostarle.

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Alexa Gallego, 40 años.

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Pertenezco a la comunidad Mariana Páez hace aproximadamente 7 años. Lo que me mantiene en esta comunidad es la unión, el sacrificio de a veces lograr las cosas por mínimas que sean que llegan a nuestra comunidad, el esfuerzo y el compañerismo y, sobre todo, el trabajo que he venido realizando desde el enfoque de género con las mujeres, niñas, niños y adolescentes. Esto me mantiene enfocada porque es una lucha, porque no quiero el maltrato o el abuso ni para las mujeres, ni para nuestros hijos en especial a la primera infancia que es mayoría de nuestra comunidad. 

Lo más importante para mí aparte de mi comunidad son mis dos hijos.

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Aquí en la comunidad pertenezco a la cooperativa GRAMPAZ con el proyecto de turismo comunitario en el marco de los 8 millones. Soy la representante legal de la Asociación de Mujeres Amasando Sueños, también pertenezco a La Consigna y al Comité de género del Mariana Páez.

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Alba Luz Gaitán, ‘penacuato’, indígena Sikuani.

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Vivo aquí en la comunidad Mariana Páez, llevo siete años en reincorporación. Me he sentido orgullosa de estar en este espacio, pues han hecho muchos eventos en los que hemos participado. Y creo que tenemos que seguir participando de forma voluntaria.

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En estos momentos lo más importante en mi vida es compartir con la comunidad, el trabajo y mis hijos, todos ser unidos. Lo que me hace sentir parte de esta comunidad es la libertad. 

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