Movilidad escolar en Ciudad Bolívar, la historia de Gusleiry

19 de abril 2023
6 minutos

Gusleiry Carenlly Sosa

Maria del Pilar Arias

Escuela de Medios sin comillas

2023

Ciudad Bolívar

Gusleiry Sosa migró a Colombia en el año 2016 desde Maracaibo, estado de Zulia, Venezuela. Viajó con sus dos hijas y su esposo. Desde que llegó ha trabajado como independiente. Se dedica a asesorar tesis y monografías por internet, además de colaborar a otras personas en temas migratorios, algunas veces sin cobrar. No tiene un horario fijo y realiza las asesorías mientras sus hijas están en el colegio, de una a cuatro de la tarde de lunes a viernes. 

Su esposo también es trabajador independiente, eso impide que haya entradas económicas estables en el hogar. Cada fin de mes es una lucha para cubrir gastos comunes como el arriendo, los servicios, la alimentación, a los que se suman los más de 200 mil pesos que cuesta el transporte público para llevar a las niñas al colegio.

Las dos hijas de Gusly, como le dicen sus amigos de cariño, están matriculadas en el Colegio María Mercedes Carranza en el barrio Perdomo de Ciudad Bolívar. Una de seis años que está en primero de primaria, y otra de 14 años que está en octavo de bachillerato. Si bien viven en Sierra Morena, en la misma localidad, el recorrido para llevarlas al colegio no es tan sencillo como se pensaría.

Cada día desde las cinco de la mañana, Gusleiry se prepara para su rutina diaria, prepara un desayuno con panquecas o arepas y les empaca una merienda a sus hijas. Mientras ellas se alistan, revisa las asesorías que tiene pendientes por responder y va organizando su día. Durante el desayuno saca tiempo para sentarse a la mesa con las niñas para revisar por última vez que lleven las tareas terminadas y sus maletas listas con los útiles del día.

Sale de su casa a las once y media de la mañana con sus dos hijas para llevarlas al colegio, caminan alrededor de cinco minutos desde la casa al paradero. Toman la ruta A600 alrededor de diez minutos después. Gusly ha hecho el cálculo, la ruta sale cada 30 a 40 minutos, por lo que si sale unos minutos más tarde de las 11:40 lo más posible es que pierda el bus y no llegue a tiempo al colegio.

Si se me pasa este bus, tengo que esperar treinta minutos más y llegaría tarde, ya que es la única ruta de las que bajan de Sierra Morena que me deja al menos a una cuadra del colegio, cuenta Gusleiry.

Al tomar la ruta A600 usa dos tarjetas Tu llave (SITP), con una ingresa la niña mayor y con la otra ingresa ella, la niña menor ingresa por debajo del torniquete. Si bien su estatus migratorio es regular y esto le permitió personalizar una de sus tarjetas, señala que sigue siendo muy alto el costo diario de los traslados en el transporte público y por eso en algunas oportunidades ha tenido que pedirle al chofer del bus que deje a alguna de sus hijas saltarse el torniquete.

Una vez que las niñas entran al colegio a las doce y veinte, Gusleiry camina alrededor de cinco cuadras para tomar un bus de vuelta que le cobra solo el trasbordo.

Trayecto en el que se moviliza Gusleiry para llevar a sus hijas al colegio

Regresa a la una de la tarde a su casa para almorzar, terminar algunos pendientes del trabajo y organizar su casa, todo antes de las cuatro y media de la tarde, que es la hora en la que debe volver a hacer el recorrido para recoger a su hija menor a las cinco. 

Su hija mayor sale pasadas las seis de la tarde por ser de bachillerato, por lo que para no esperar una hora adicional para recogerla, Gusleiry le paga una ruta particular que la regrese a casa. Aunque esta solución le da tranquilidad sobre la seguridad de su hija, le cuesta 120 mil pesos la mensualidad, y esto, sumado a los demás transportes, le acumula un gasto de más de 300 mil pesos.

Por esa razón, Gusleiry buscó a cuáles beneficios, programas o ayudas locales podía acceder. Encontró varias alternativas enfocadas en evitar la deserción escolar en los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de la localidad de Ciudad Bolívar. 

La que más le llamó la atención fue la modalidad de subsidio de transporte del SITP del Programa de Movilidad Escolar, adoptado por el Decreto 594 de 2015, un beneficio al que se puede acceder si la persona vive a más de dos kilómetros del colegio, o si cuenta con un sisbén tipo A, B, C1 o C5.

Gusleiry llevando sus hijas al colegio

En el 2018 hice la solicitud, normalmente se hace en noviembre de cada año en la matrícula virtual del colegio, y mi hija menor salió seleccionada en el 2019 y en el 2020 la mayor, cuenta Gusleiry. Sin embargo, por la pandemia en noviembre del 2020 no se hizo actualización de datos para el beneficio de los 130 mil pesos mensuales y dejó de recibirlo al siguiente año. 

En el 2021 introduje un PQRS a Secretaría de educación y movilidad, y me respondieron que debía esperar las inscripciones en noviembre del 2022. Hice la solicitud en marzo del 2022 y cuando salieron los beneficios, ni mi hija, la mayor, ni la menor, salieron seleccionadas. La razón fue que había una priorización por vulnerabilidad, añade Gusly. A pesar de esto ella sigue insistiendo, de hecho inició el proceso nuevamente para postularse al Programa de Movilidad Escolar en noviembre del 2022 para la vigencia del 2023, los resultados saldrán a finales de abril de este año. 

¿Quiere saber más sobre el Programa de Movilidad Escolar?

Entérese de los requisitos y las modalidades de apoyo siguiendo este enlace: https://bit.ly/3UFMJxC 

También puede obtener más información a través de las siguientes líneas:

Línea 195

Línea telefónica 324 1000 Secretaría de Educación del Distrito (SED) 

Horario lunes a viernes de 7:00 am a 6:00 pm. Pulsando la opción 7 u 8 entrará en contacto con el área de atención al ciudadano de la SED.

Este artículo fue posible gracias al apoyo del pueblo de los Estados Unidos, a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). El contenido de este artículo es responsabilidad de Pact, Internews y la Escuela de Medios sin comillas y no necesariamente refleja el punto de vista de USAID o del gobierno de los Estados Unidos.

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